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Tanto si llevas mucho tiempo como si acabas de empezar, sabrás que en la carpintería las herramientas son una parte imprescindible. De entre todas ellas, el cepillo para madera manual es posiblemente la más fiel y necesaria (y la más satisfactoria, si me lo preguntas). Hoy día, gracias a Internet, puedes encontrar cepillos manuales con un precio más que asequible y muy buenas prestaciones (¡no todo lo barato es malo!), así que ya no hay excusa que valga para no ponerse a trabajar la madera.

Ahora bien, si entras en esa dinámica quizá te plantees la cuestión de si elegir un cepillo para madera manual o uno eléctrico. El uso de un cepillo manual no es ni mucho menos incompatible con el uso de uno eléctrico, pero ambos responden a necesidades diferentes.

 

¿Por qué un cepillo manual?

  • Las terminaciones de un cepillo de carpintero manual van a ser más finas, van tener más detalle y precisión.
  • Mientras que un cepillo eléctrico puede dejar muescas en la madera, fruto cómo están las hojas en el tambor, el trabajo uno manual es mucho más limpio y dejará menos marcas.
  • Quizá es obvio, pero son inalámbricos, perfectos para una buena sesión de lijado en mitad del monte. ¡Viva lo analógico!

 

Si no tenías una cepilladora de madera manual seguro que con esto te hemos convencido. Vale, asumamos que ya la tienes. ¿Ahora qué?

Claves de uso de un cepillo manual

Es importante tener una serie de factores en cuenta a la hora de trabajar con un cepillo de carpintero manual. Son los siguientes:

  • La postura. A la hora de trabajar, la pieza debe estar a una altura adecuada con respecto a tu cuerpo. Un desbastado uniforme implica que la pieza deberá estar paralela al suelo y a una altura cómoda, ya que vamos a inclinar el cuerpo sobre el banco de trabajo. Una mala postura puede ocasionarte dolores de espalda y dificultades a la hora de trabajar la madera.
  • La cuchilla. Es vital ajustar la cuchilla en función de la pieza en cuestión y la cantidad de material que quieras quitar. Si sobresale demasiado, rebajarás mucha madera, pero también te costará más guiar el cepillo. Si no sobresale demasiado será más fácil, claro, pero también comerá menos madera. ¿Cómo se consigue el ajuste perfecto? La mayoría de las veces se trata de ensayo y error. Ve probando hasta que te satisfaga el resultado. ¡De ti depende!
  • La técnica. Cuando trabajas con un cepillo manual, usa tu mano buena en la parte posterior. Si eres diestro, apoya la mano derecha sobre la caja del cepillo, y al revés si eres zurdo. La mano de la empuñadura es la que debe ejercer presión, mientras que la otra solo empuja el cepillo hacia adelante. Para una mayor durabilidad de la hoja, no ejerzas presión durante el retroceso del cepillo.
  • Los temidos nudos. Si te encuentras con un nudo que se te resiste y no tienes claro que puedas quitarlo con un cepillo manual, trata de lijarlo o evitarlo de otra manera. Tómate tu tiempo: recuerda que las prisas nunca son buenas compañeras.

 

Y con eso tienes prácticamente todo lo que necesitas para darle caña a tu cepillo manual, así que te animamos a lanzarte a la calle y empezar a lijar madera a tutiplén (eso sí, desde el respeto y evitando el vandalismo).

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